
Card Ricardo Medina
Ricardo Medina Ventas ricardo.medina@btconsortium.com Facebook-f Linkedin Youtube Instagram
BTConsortium
15 mins
Septiembre 2020
Indudablemente la pandemia de COVID-19 ha despertado reflexiones profundas dentro de las empresas. Como empresarios nos hemos cuestionado; si nuestro producto o servicio en la nueva realidad es de valor, si nuestra estrategia es la adecuada, si debemos acelerar la digitalización, etcétera.
Sin embargo, hoy tenemos que cuestionarnos profundamente sobre la columna vertebral de las empresas; su gente. La diversidad y la inclusión tienen que ser repensadas pues de ello depende el rol de las empresas como el motor social de los diferentes ecosistemas.
Es por esto, que en este documento nos hacemos cuestionamientos que nos permitan ampliar nuestra interpretación de la diversidad e inclusión desde el campo de acción del líder en un entorno de transformación, en donde debemos pensar mas en la individualidad del ser humano y poco a poco generar ambientes y condiciones en donde todos podamos reconocernos y ser aceptados.
Debemos considerar que el trabajo a distancia es algo que ha llegado para quedarse, según estudios 3 de cada 5 personas que están trabajando a distancia gracias a la pandemia han declarado que preferirían que este esquema de trabajo sea algo permanente. Este es el primer componente para considerar que nos abre la siguiente reflexión.
En un entorno clásico de trabajo presencial en una oficina, detrás de la pantalla esta un colaborador. Hoy detrás de la pantalla en casa esta una persona y una familia, un estatus económico, un entorno social, por mencionar solo algunos. Al prender nuestra cámara para trabajar abrimos una ventana a nuestra intimidad. Y es través de esa ventana que hemos observado que la diversidad y la inclusión no es solo lo que pensábamos.
Como organizaciones progresivamente a lo largo del tiempo hemos trabajado en la diversidad e inclusión con los cortes más conocidos; diversidad de género, diversidad sexual, diversidad generacional, entre algunos otros.
Hoy ese abanico de diversidad se amplió; hoy la diversidad la vemos en la persona que en casa atiende a un adulto mayor, la madre que tiene hijos que atender durante su jornada laboral, el joven que tiene todas las condiciones y disfruta el trabajo a distancia, el señor al que se le dificulta tomar decisiones sentado en su sala en lugar de su despacho, la persona con una incapacidad que ahora puede evitar los trayectos a una oficina. Estos son solo algunos ejemplos de los nuevos cortes de la diversidad e inclusión.
Hemos visto que diferentes organizaciones de forma reactiva han incluido en sus agendas de desarrollo bienestar para los colaboradores diferentes iniciativas como:
Todos estos sin duda son ejemplos de practicas que fomentan el bienestar y desarrollo de las personas y eso suma al compromiso con la empresa.
Te invitamos a reflexionar en que para que una práctica sea exitosa debe partir de la congruencia y la autenticidad. Hoy las marcas y los líderes de las organizaciones debemos ser más congruentes que nunca con el propósito.
Cabe resaltar que esta enorme responsabilidad de congruencia y autenticidad no la debe gestionar o proponer recursos humanos. Esta congruencia la debemos de reflejar y promover cada una de las personas que tenemos gente a nuestro cargo.
El principal obstáculo para vencer es que, como empresarios pongamos a la persona al centro de la empresa y no al centro de todo un ecosistema económico, político, sanitario y social. Hoy las decisiones que tomamos respecto a la gente impactan directamente en todo un ecosistema lo que nos obliga a ser más solidarios y responsables.
Esa responsabilidad nos lleva al segundo obstáculo: “hacer sin pensar”. Así como, al ir al médico nos diagnostican antes de darnos la receta, así debemos observar y escuchar activamente lo que están viviendo las personas para ofrecer las mejores alternativas.
A lo largo de este documento nos hemos hecho cuestionamientos que nos han dado una nueva perspectiva de la diversidad y la inclusión. Te invitamos a que, con esta reflexión, con congruencia y autenticidad, observes lo que están viviendo las personas en tu organización y traduzcas esa voluntad y análisis en acciones que fortalezcan a las personas y el ecosistema.
Debemos ser flexibles y adaptarnos a una nueva realidad que demanda enfocarnos en las personas de una forma más individualizada apuntando siempre a su desarrollo y bienestar.
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